lunes, junio 18, 2007

Encuentro en la ciudad


A veces los ángeles no somos bien recibidos en la ciudad, porque tenemos que disfrazarnos de mortales, adquirir los mismos modales y hábitos, para pasar desapercibidos e involucrarnos con los demas. Sin embargo, nuestra aura de seres anormales siempre nos juega una mala pasada.
No logramos aclimatarnos al lugar donde somos enviados. Nos crearon para dar un amor excesivo, pero olvidaron darnos fortaleza para soportar desamores. El aire hostil comienza a carcomer nuestros corazones. Nos ahoga la presión constante de un sistema inconformista.
Deambulamos por la ciudad entre empujones y gruñidos.
Nos agreden,
nos pisotean,
no nos escuchan,
nos creen ignorantes,
nos creen inexpertos,
nos creen tan mortales como ellos.

Los siento, no cumplí mi labor; llegué demasiado herido de la ciudad.
Conocí un asilo de ángles. Quizás debiera acudir a ellos, pero puede ser que mientras esté en ese lugar, descuide mi verdadera labor.
Debo volver a la ciudad entonces, a seguir dejándome morir, esperando que alguien tenga su corazón y su mente abierta,
para que pueda entrar,
sanar heridas,
llenar de amor el vacío de su ser
y esperar traer a este sucio mundo
seres angelicales que puedan limpiarlo un poco.

Encontré algo
No estoy segura, creo que se trata de un ser angelical, creo que esta perdido...
creo que puedo entrar...
creo que él ya entró en mí...
Es muy probable que no sea un mortal, porque también está sanando mis heridas, secando mis lágrimas, acariciando mis miembros mutilados.