viernes, septiembre 22, 2006

Claro y vacío.



Recién ahora puedo convencerme, de que las dudas siempre fueron certezas.
De que los sueños son sólo deseos y no advertencias.
De que los pasos no van, sino vuelven.
De que el horizonte siempre ha estado detrás mío.
De que todo, absolutamente todo se va.
De que me voy.
De que no quiero volver
porque la duda
me convenció
y porque no veo nada
ni a nadie
que me detenga
ni que me convenza
de lo contrario.

Aunque podría gritar, pero ¿para qué? Si todos estan tan felices...

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