sábado, septiembre 02, 2006

No pertenecer


Nada me pertenece, lo unico material que tengo es mi cámara. Es lo unico que me he ganado con el sudor de mi frente. Es mi herramienta de trabajo, mi confidente, mi túnel de expresión. Mi mirada clara y perfecta.

Nada más me interesa tener. Desapegada de todo lo material, no soy de aquí ni de allá. No vivo en el puerto ni en la ciudad. Las luciérnagas son mis amigas, mi famila... no lo sé. Mi familia es la pequeña llama de una vela que está a punto de extinguirse. Que arroja un humo negro como queriendo luchar con el aire, queriendo alejar a cualquier depredador, mas ya no tiene de donde aferrarse para seguir viva. Las tres cuartas partes se han ido con el aire, el resto ha quedado esparcido en una superficie sucia y vieja que cobija los exesos de comida, de palabra, de preocupaciones, de modernidad.

Los libros, si tuvieran alma podrian desplazar a sus reemplazantes quienes han robado sus ideas y se llenan la boca de palabras robadas, de conceptos creados por otros. Alimentan su ego para sentirse intelectualmente poderosos. Pero no son nadie, sólo un almacén de ideas que se degradará en un par de décadas más. Ellos no pertenecen a las aulas, sólo a sus cómodos bergères de cuero negro y su lamparita de pie, donde tras sus diminutos anteojos que descanzan en la punta de sus narices, beben el nectar más puro de la sabiduría, para luego vomitarlo de la forma más vulgar ante seres inocentes e ignorantes.

No pertenezco a Santiago,
ni a los Queirolo
ni a los Muñoz
ni a Valparaíso
ni a la Universidad
ni a la academia Vaisnava
ni a mí.

No pertenezco a nada, a nadie.
porque no tengo nada, no tengo a nadie
Ni siquiera tengo el silencio que tanto anhelo
el zumbido de la voz de mi madre que ronda por mi cabeza y no deja en paz esta noche calma, termina por arruinar mi momento letrado, la ira vuelve a mis tallos, las espinas vuelven a sellarse y brotan nuevamente...

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